sábado, 26 de febrero de 2011

el mundo es un pañuelo

Tengo muchas anécdotas de mi viaje a Nueva Zelanda, fue un viaje enriquecedor, muy divertido, lleno de sensaciones nuevas, lleno de sabor, cultura, paisajes... pero estos días las noticias del terremoto en Christchurch me obliga a dedicarle este post a esa ciudad y en concreto a un hombre que me ha hecho pensar muchas veces en la dureza de la emigración...

Christchurch es la segunda ciudad del país y como toda Nueva Zelanda en ella se respira tranquilidad, la gente vive con un ritmo lento, la sensación de aislamiento y lejanía se palpa en el ambiente...


su cielo azul en pleno invierno, sus pequeñas casas de colores, el poco tráfico, el aire puro en pleno centro de la ciudad... hace que parezca que estás en plena naturaleza, impensable para nosotros en la segunda ciudad más importante de un país...


paseando entre sus calles me encontré una bandera vasca en una ventana de un restaurante, sin pensarlo subí unas escaleras muy empinadas que llevaban a el... aunque parecía que estaba cerrado, abrí la puerta, no parecía haber nadie, hasta que salió de la cocina un hombre pequeño, moreno, con un chandal de la selección española muy apretado, parecía de los años setenta, le dije que era española y empezamos a hablar... recuerdo que me miraba muy fijamente, estoy segura que pensando... como han crecido los españoles! y quizás cuando le dije que a lo mejor me quedaría a trabajar, se pudo ver algo reflejado,  hace treinta años que había emigrado a Nueva Zelanda.

Cuando me estaba despidiendo de él, me dijo que esperara y se fue corriendo hacia la cocina, al volver traía unos chorizos, los hacía él... me los dió, nos dimos un abrazo y sus ojos se llenaron de lágrimas, este hombre me hizo pensar mucho en lo que supone emigrar...


y estos días me he acordado mucho de ti Pedro, cuando he visto que tu hijo probablemente haya muerto en el terremoto, seguramente nunca leerás esto... pero espero que todavía quede alguna esperanza de encontrarlo con vida.


miércoles, 23 de febrero de 2011

El que conoce el medio es erudito, el que conoce  a los demás tiene poder y el que se conoce a si mismo es invencible...  


conocerse a uno mismo es el primer paso para explorar otros mundos.



miércoles, 9 de febrero de 2011

el extraño viaje

Hoy  ordenando papeles abandonados en una caja me he topado con mi intento de entrar por el buen "camino"...


a pesar de haber vivido muchos años en Santiago de Compostela,


conocer cada rincón de la ciudad...


cada bar, cada camarero...


cada personaje...


nunca se me había dado por hacer el camino de Santiago, nunca me había llamado la atención hasta que este verano me propusieron hacer el tramo, de Santiago a Fisterra... este parte desde la plaza del Obradoiro para recorrer 90Km para llegar al fin del mundo...
qué bien suena, no?
buscarse a uno mismo  caminando entre un paisaje de cuento... 
dicen que el camino te cambia, a mí simplemente me reafirmo lo que ya sabía, no me gusta que me digan por donde debo ir...



  a Dulce Juana sólo consiguieron marcarle el camino durante un día.